Fue la capital del reino de Siam y un próspero puerto de comercio internacional entre 1350 y 1767, con gran actividad comercial. Se comercializaba madera de teca, madera de sándalo, azúcar, cueros, marfil, pieles, sedas y productos de artesanía local, así como con artículos que llegaban de Japón y China. En 1767 fue arrasada por el ejército birmano en la guerra birmano-siamesa. Las ruinas de la antigua ciudad actualmente forman parte del Parque Histórico de Ayutthaya, un complejo arqueológico con palacios, templos budistas, monasterios y estatuas que fue reconocido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1991. La ciudad nueva fue fundada a sólo unos kilómetros al este de aquella, a unos 80 kilómetros al norte de Bangkok.